Archivero del mes
¿Qué tal investigadores?
Este 2023 empezamos un nuevo tipo de recompensa entre nuestro patronos. El Archivero del mes.
Al principio de cada mes elegiremos por sorteo un archivero para que sea nuestro ARCHIVERO DEL MES. Durante ese mes le veneraremos y le daremos mimitos. Le pediremos que nos mande un escrito con su pasado, presente y futuro lúdico y pulpero, y también alguna foto para luego poder hacer memes.
Además le regalaremos una copia en papel deluxe de nuestro exlibris exclusivo de Tomás Hijo y algunas cartas promo que estamos decidiendo cuáles serán.
Esperamos que os guste esta sección y que os de visibilidad a vosotros que sois los que mantenéis esto en pie día tras día.
Abrasacos.
Enero 2023 – Rafa Cerrato





Saludos investigadores, cultistas y otros seres de galaxias no euclídeas. Por arte de la aleatoriedad determinista, he sido seleccionado para aburriros durante unos cuantos cientos de palabras con una enumeración de mi pasado.
Dado que hay más años de los que me gustaría reconocer a la hora de hablar sobre mi pasado friki, voy a hacer gala de esa concreción y brevedad por que sin duda soy famoso y quedarme sólo con unas cuantas cosas concretas.
Empecemos por el principio. Porque en el principio no había nada. Bueno, estaba yo. Y era friki. Pero mejor saltamos hasta hace aproximadamente unos 32 años. Debía de correr más o menos el año 1990 cuando llegó a mis manos el que sería mi segundo juego de rol. Aunque por aquel entonces yo no tenía nada claro lo que eran los juegos de rol, al ir a comprar a Makro con mis padres, en la sección de papelería, había unos libros de formato grande muy llamativos, en especial ese con un volcán de fondo y unos aventureros de diferentes razas alrededor de un árbol. Lógicamente el del Señor de los Anillos fue el primero en caer, pero no tardaría mucho más en venirse a casa el del castillo con la serpiente gigante. Para los que no reconozcan la portada de la que hablo, el castillo no era un castillo sino una mansión y la serpiente era más bien un tentáculo, se trataba de la portada de La Llamada de Cthulhu. Los monstruos y horrores descritos dentro de ese libro eran un gran reclamo para un chaval con la imaginación algo desbocada ya de por sí y no tardaría mucho en dar el salto a los libritos que contenían las historias originales de H.P. Lovecraft.
Fue un flechazo, y aunque sé que no tiene pocos detractores, en mi caso el terror descrito por el de Providence, me enganchó desde el primer momento. Lejos de los monstruos clásicos (que también me gustaban, pero los veía más como fantasía que como terror), me encontré con unas historias oscuras, en la que todo se sugería más que se mostraba, y en la que inevitablemente las cosas tendían a acabar muy mal. No me olvido de ese verano en el que estaba leyendo “Las ratas en las paredes” acompañado por los ruidos que hacían los roedores de verdad en las tuberías de nuestra casa de la playa. También sobre esa época fue cuando empecé a jugar al rol, pudiendo sacarle más partido a aquel enigmático libro más allá de repasar una y otra vez su bestiario. Quiero dejar aquí una anécdota sobre algo que me pasó en una partida y que define bastante bien mi vida. El caso es que mi personaje llegó a una sala con tres palancas y decidí activar una de ellas. El máster me hizo tirar el atributo suerte de manera abierta, en vez de manera oculta por él, como suele ser habitual. Saqué la tirada y al activar la palanca, se movieron unas placas. Quedaban dos palancas así que… volví a tirar suerte ¡y volví a sacar la tirada! Unas puertas se cerraron a mis espaldas… Y ya solo quedaba la última palanca. Ya no hacía falta tirar suerte… así que directamente la activé, se abrió un portal, apareció Azathoth y devoró a mi personaje. Moraleja: será mejor que el destino del mundo nunca dependa de mi curiosidad y de que yo sepa cuando parar.
Pasarían los años y mi relación con el horror cósmico nunca dejaría de estar viva. Hoy en día se pueden encontrar cosas mal llamadas “pulperas” hasta en las tiendas de todo a cien, pero por aquel entonces no era tan sencillo y devorábamos todo lo que caía en nuestras manos. Uno de los grandes hitos fue la salida del videojuego “Alone in the Dark”. El original, no ese que conoceréis la mayoría, sino uno que supuso una revolución técnica al introducir gráficos poligonales sobre un fondo que era una imagen estática. Todo ello con una historia inspirada en los Mitos y una banda sonora terrorífica. Fue ese juego el que serviría de inspiración a algunos levemente más conocidos como Resident Evil o Silent Hill. En el campo de las películas, lo más lovecraftiano que podíamos encontrar por aquella época era la Boca del Miedo, sin tener en cuenta cosas como Herbert West: Reanimador.
Sobre los juegos de mesa, más allá del rol, tampoco es que hubiera mucho donde escoger. Recuerdo comprar uno cuyo nombre he olvidado y que no he conseguido encontrar recientemente (debe de estar en alguna otra caja más grande, lamentablemente el espacio en mi casa sí es euclidiano y cada centímetro cúbico cuenta) o bizarradas como uno de coches mezclados con primigenios que tenía un colega. No nos olvidemos del Cthulhu Dice, que siendo un juego básicamente de beber me extraña que no sea más conocido por cierto sector del hobby…
Con esto vamos llegando al presente y a las Arkham Files. No llegué a caer en el juego de cartas de La llamada de Cthulhu de puro milagro y cuando empezó con el formato LCG, ayudó el no tener ni idea de en qué consistía realmente. De donde no escaparía serían de las garras del Mansiones de la Locura primera edición, aunque su mecánica de Guardian no me acababa de convencer, por aquel entonces yo ya tenía claro que lo que quería eran juegos cooperativos. El siguiente en entrar a la lista de bastante jugados sería el Arkham Horror segunda edición, del cual me llegué aburrir bastante por su falta de narratividad y de opciones de victoria. La gran noticia sería la salida de la segunda edición del Mansiones de la Locura, ahora con una app que hacía las veces de Guardián. Y ya de paso que iba a comprar ese, pues para completar el pedido decidí añadir ese juego de cartas que se parecía al que tenía del Señor de los Anillos, pero con decisiones a tomar entre las partidas… A partir de entonces la escalada ya no conocería límites, sobre todo con la avalancha de productos basados en los Mitos ahora que la licencia se había vuelto abierta. Ya fueran de las Arkham Files o claramente inspirados como el Machina Arcana, la sección Lovecraft nunca ha parado de crecer ni dejará de hacerlo. Tal es la voluntad de los primigénios y ¿quiénes somos los mortales para contradecirlos?
Abril 2023 – JosuJL

¡Buenas a todas las pulperas y pulperos que componemos la comunidad de Los Archivos de Arkham! Es un honor para mí haber sido seleccionado aleatoriamente para ser Archivero del mes de abril de 2023, un título como ningún otro que me permitirá presentarme ante el populacho además de recibir una auténtica pulpera de cobre (ese es el premio sorpresa, ¿verdad?).
Mi incursión dentro del mundo de Arkham Horror es muy reciente, por lo que empezaré contando mi incursión dentro de los juegos de mesa. Todo empezó cuando un amigo del instituto me regaló un montón de cartas de Magic: The Gathering que todavía poseo en un cajón de mi cuarto de adolescente. Realmente no sabía qué hacer con ello, así que durante un tiempo estuvo allí abandonado, de vez en cuando miraba las ilustraciones, pero no sabía ni hacer un mazo ni cómo jugar a «eso». Un tiempo después, ya en primero de bachillerato, mi compañero de mesa me dijo que jugaba a Magic y tras decirle que tenía unas cuantas cartas que me habían dado, al día siguiente las llevé y me preparó un mazo de trasgos aprovechando lo que se podía aprovechar. Los siguientes días y el resto del curso nos los pasamos jugando en los recreos a Magic, día sí y día también. Nuestro juego era recreativo, hasta que otro compañero apareció con un mazo azul que lo fastidió todo y poco a poco lo fuimos dejando (desde aquí quiero mostrar mi odio más profundo a los mazos de control).
Hacemos un breve fast-forward y pasamos a una noche en la «lonja» (es así como llamamos a los locales de jóvenes por aquí) del hermano de un amigo, donde descubrí el Bang! Cuántas horas le habré podido dedicar a ese juego, al cual ahora mismo me daría una pereza enorme jugar por lo largo de las partidas y la eliminación de jugadores, pero que durante años fue una constante de jugar los viernes y los sábados. Le dimos tanto que hasta le cambié las fundas un par de veces de jugar en los bares, y hasta teníamos personajes baneados porque o bien eran muy tochos o hacían la partida eterna.
De ahí, y queriendo buscar algo más me introduje en el mundillo de los juegos de mesa, flipando con la inmensa cantidad de juegos que había y de los que no tenía ni la más mínima idea de su existencia. En casa tuvieron buena acogida y he disfrutado mucho jugando en pareja a juegos como Agrícola, Brass, Barrage o cualquier eurogame de Vital Lacerda. Sí, porque mis juegos favoritos son los eurogames (¿está permitido decir esto aquí?), sin dejar de lado los juegos temáticos como por ejemplo Cthulhu: Death May Die que me flipa, pero si tuviera que decantarme por una categoría sería por los eurogames sin duda.
El siguiente paso en mi vida lúdica fue sin duda el descubrimiento de los solitarios. Cuando vi que había gente que jugaba a juegos de mesa en solitario me vino a la mente la imagen de mi abuelo sacando la baraja de Fournier de debajo de la mesa antes de cenar para echarse uno de los infinitos solitarios que conocía, pero decidí probarlos y descubrí un nuevo paradigma dentro del mundillo, con auténticas joyas como After the Virus, el cual es sin lugar a duda mi juego de mesa favorito y al que más horas y partidas le he echado.
El último paso y el que me acercó definitivamente al juego de cabecera de esta comunidad fue el descubrimiento de los LCG dentro del mundillo de los solitarios. Fue hace aproximadamente 3 años, por lo que de los 3 LCG cooperativos de Fantasy Flight, entrar en El Señor de los Anillos era prácticamente imposible, en Arkham Horror LCG era difícil conseguir el material antiguo debido al formato de distribución, pero Marvel Champions acababa de salir y p’allí que me metí de cabeza. Seguía y seguía viendo información del Arkham Horror LCG, juego que me llamaba mucho la atención y que quería probar, por lo que en cuanto anunciaron la reedición pasé por mi tienda de confianza y le dije que me pidiera todo lo de la reedición, ¡ALL IN!. El juego me flipó mucho y he jugado tanto la campaña del base como Dunwich y Carcosa varias veces, tanto con mi pareja como con un par de amigos.
Pero hasta ahí he llegado, tengo las demás campañas de la reedición, pero no las he podido estrenar, debido a la llegada de un pequeño gul a casa y un cambio a nivel profesional por el que he tenido que volver a estudiar. Y es que ese es el único defecto que le veo a Arkham Horror LCG, que en mi opinión es un juego que mejor que en solitario se juega a dos o a tres, por lo que de momento tendrá que esperar un poco para volver a ser sacado a mesa. Pese a ello, es uno de mis juegos favoritos y de los que más ganas tengo de seguir jugando, además me encantaría poder participar en alguna partida multijugador-épica, a ver si se termina de mover algo por Gasteiz 😉 Llevaré mi amuleto que no es otro que la txapela que se puede ver en la foto. Con ella puesta, misteriosamente, las probabilidades de sacar los tentaculillos caen drásticamente 😉
Fuera de los juegos de mesa tengo varias aficiones que me comen el resto del tiempo, como son la lectura de libros principalmente de fantasía, los videojuegos como el Zelda. el diseño y la impresión 3D o el curling. Como veis no he hablado sobre rol, puesto que esa es mi pequeña piedra en el zapato, y es que nunca he jugado ni me he acercado a ello. Es un mundo que me genera mucha curiosidad, pero no he tenido la oportunidad ni sé realmente cómo funciona, pero espero poder acercarme algún día a ello y que sea dentro del universo lovecraftiano.
¡Un abrasaco!